La prensa dependiente o independiente ha jugado también un papel muy importante en el descubrimiento y la difusión de la música que se ha hecho en Granada.
Los medios oficiales no acudieron al rock como argumento informativo en iguales condiciones que otros segmentos de la cultura hasta bien entrados los ochentas.
La prensa oficial prácticamente se enteró de que en Granada se hacía rock como reflejo de lo que se podía leer en los medios madrileños al hilo de la invasión mediática de la Movida madrileña.
En esa época se descubrió el rock y el pop como un nuevo segmento de la información, si bien con la falta de seriedad antes reseñada. Sería el Diario de Granada el primero en tener una sección fija ‘Teletipop’ destinada a concentrar esta información, aumentada con numerosos artículos que seguían de cerca la cosa y entrevistas a sus protagonistas, entre ellas la primera que concedió Joe Strummer recién disueltos The Clash a su paso por Granada.
Anteriormente el lenguaje habitual tanto en el Patria como en el Ideal no salía de los “jóvenes valores de la canción” y los “recitales de conjuntos” propio de los sesenta más casposos.
El Ideal se apuntó al carro y dio también más espacio a su redactor Paco Espínola para que atendiera a la explosión de sonidos que salía de Granada. El Patria, antiguo periódico de la cadena del Movimiento, se movía francamente poco
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Quizás porque los medios de comunicación más pequeños estaban dirigidos por gente más joven la música ha estado siempre muy presente en las revistas de bolsillo. Así publicaciones como Bang, Granada en Mano o la Guía del Ocio han abierto generosamente sus páginas a lo que sucedía en el subsuelo sonoro de Granada, hasta llegar actualmente a la pequeña ‘Youzin’ dedicada íntegramente a la cartelera y novedades de la ciudad.
También la Universidad picoteó en la música aunque no con mucha decisión, así, su órgano oficial ‘Campus’ mantuvo secciones musicales fijas durante varios años, eliminadas al convertirse en un suplemento de la prensa local.
Pero si las publicaciones más o menos oficiales se movían con la lentitud y la rigidez de las grandes empresas, cuando no estaban sujetas a la censura de la época, serían, como en todos los lugares de este país, las hojas escritas sin depósito legal son las verdaderas agitadoras del asunto. Ahí quedan para la historia verdaderos pioneros del ‘fanzinerismo’ como fueron las cabeceras ‘El ratón olímpico’, ‘Espectral española’ o el boletín del ‘Club Discófilo’, que en los primerísimos sesenta mezclaban la liga de fútbol manual (con botones), con asuntos de cofrades, relatos de terror e información de los grupos de música del momento’.
Sin tener un contenido específicamente musical las publicaciones de ‘Poesía 70’ y ‘El Despeñaperros Andaluz’, ambas patrocinadas por el poeta Juan de Loxa serían los primeros papeles en las que se trataba el rock y la canción de autor con rigor e interés.
El espíritu beat que las animó, sobre todo a la segunda, tenía ya el rock como una referencia cultural contemporánea, de frente y sin prejuicios. Loxa mantuvo ese enfoque en una página-collage periódica que salió a través del diario Patria a principios de los años 70, cuyo carácter culturalmente rupturista y su estética ‘pop’ parece inconcebible que pudiera hacerse con Franco aún vivo y sin los fusilamientos al amanecer que acostumbran por estas latitudes.
Con la popularización de la fotocopia y los aires de libertad que trajo la Transición proliferaron las publicaciones individuales de toda factura, pelaje y condición. Papeles de escasa calidad técnica (con la perspectiva de hoy) encuadernados apenas con unas grapas y distribuidos de mano en mano o por correo contando con el apoyo de algunos medios de comunicación radiada.
Entre los muchos fanzines que salieron a la luz desde esa Granda recientemente democrática encontramos primeramente a ‘La Visión’, escrita, recortada y fotocopiada por el equipo del mismo nombre, esto es los Hermanos Carnicero, Fernando y Fonsi, y el Equipo GEL. Los contactos internacionales de sus realizadores les facilitaban una información de primera mano para estar por delante varias leguas de lo que llegaba a Granada vía Madrid; en honor a la verdad hay que decir que cada uno de los cuatro números que editaron fueron saludados alborozadamente por el público que se los pasaba de mano en mano. Un éxito.
El espíritu aberrante de la época quedó bien reflejado en ‘Teología moral de los Estados de la Perfección’ firmado por Estigmata Marty y ‘Suspiro del Moro’ en cuyo staff estaba Chilín, miembro de los Dayfriends. El ‘TNT fanzine’ no tuvo continuidad pero constituyó un decálogo musicopolítico en el que ya quedaban claras las obsesiones de su autor: Gilmore y The Clash, El caso Almería y hasta Lorca. La vena ácida de su autor (Jesús Arias) volvería a hacerse pública en el panfleto ‘Manual para ser buen punky en una semana’.
‘BV Records’ sacó un boletín periódico con los grupos de maquetas que distribuía y sus biografías. Jorge Garzón y José Molero editaron ‘Relaciones Hormonales’ que compartieron lectores con ‘El 7º Vicio’ y ‘Dexedrina’ que también se editaban en Almería. Otro de los fanzines más buscados fueron los escasos ejemplares de ‘Tomado Pentotal’ con el que tomar contacto suponía llamar por teléfono a “Santiago hijo”.
Hasta el Ayuntamiento encontró en la literatura alternativa la forma de llegar a la gente joven, y así la concejalía de Juventud y Deportes puso en marcha el proyecto ‘Granada de papel’ para publicar a los numerosos dibujantes de la ciudad, de su sección musical se encargó el colectivo La Visión y el número 0 y último se distribuyó en julio de 1984. Por último y con pretensiones más artísticas se podía conseguir a mediados de los ochenta ‘Fluyan mis lágrimas dijo el policía’, sofisticado artefacto que incluía un cassette en alguno de sus números y estaba firmado por J.M.G.G.
Revolución herziana
Sin tener que remontarse muy atrás en la historia de la radio alternativa, tan sólo a las históricas Radio Popular FM y Onda dos madrileñas más alguna radio furtiva universitaria, sí hay que recordar que muchos de los implicados en estas aventuras desembocaron en Radio Tres a finales de los setenta, y ya con cobertura nacional desplegaron unas maneras de hacer radio vital para los nuevos tiempos musicales, convirtiéndose (hasta hoy) en el ejemplo de otra manera de comunicar .
Abriendo brecha en las ondas estuvo Fernando Miranda, productor todoterreno de diferentes trabajos discográficos que en su espacio ‘El Chacal de Plaza Nueva’ desde Radio Granada abrió a la creatividad el espacio herziano.
Poesía 70 seguía en el aire y recibiría el premio Ondas varios años más tarde, aunque su espíritu de collage literario ya tendría menor impacto entre la generación del punk y la nueva ola.
Sería la recién inagurada FM de Radio Popular la que se llevaría el gato al agua en cuanto a programación decididamente independiente y comprometida. Programas como ‘La senda de los Elefantes’ presentado por Rafael Soler , ‘Colores’, ‘El Jardín de plástico’ y ‘Pasacalles’ desembocarían en una programación independiente ‘Sobre Ondas’ (nombre tomado de una canción de Marcos Mantero y Manuel Rodríguez). Allí locutores como Miguel González, Carlos Ortiz y José Payo entre otros pusieron en el aire con notable éxito una radio diferente que enfocaba la música como un valor cultural y un referente contemporáneo.
Durante cuatro años de emisión el programa ‘Pólvora’ fue la ventana por la que se asomarían todos los nuevos grupos de Granada, el canal en el que sonarían sus maquetas y en el que se forjarían los pequeños grandes éxitos de la movida granadina. La misma sintonía compuesta por el grupo asturiano Stukas definía su intencionalidad: “Tranquilo chaval, eres pólvora, eres dinamita a punto de estallar”. Este programa llegó a emitirse en directo desde la discoteca Baniti presentando todos los miércoles a un grupo en vivo, alguna de cuyas sesiones sería grabado también para el programa de TVE-2 ‘Pista libre’.
Representando al ‘espíritu 40’ y por tanto fabricando los superéxitos del momento estuvieron Manolo Garrido en los ochenta.
Fue un momento de enorme bullicio creativo en las ondas que desapareció a mediados de los ochenta ante el empuje de la radio comercial y no se ha retomado hasta la actualidad,.
Mención aparte merece la radio oficial andaluza, Canal Sur Radio, cuyo comienzo fue muy esperanzador y durante algún periodo pareció ser capaz de atender las necesidades culturales y musicales que se le suponen a una radio de financiación pública.
El primer proyecto lo puso en marcha el que fuera jefe de programas de la antigua Radio Cadena Española Francisco Sánchez con un esquema de dinamismo importado de las radios USA. Con posterioridad la “radiomoto”, como se la denominó en su momento, perdió velocidad y ya sin escape libre ofreció una imagen más humana con apariencia de independencia.
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